A Través de la Fuerza del Espíritu
Nace la Victoria de la Buena Voluntad
 
 
Carlos Cardoso Aveline
 
 
 
San Antonio da un sermón a los peces. Cuadro
atribuido a Francisco de Herrera, el Viejo (cerca de 1630).
 
 
 
Si alguien desea producir infelicidad para sí mismo y para otros, que sea moralmente flojo. Para eso no faltan estímulos en la decadente sociedad occidental de hoy.
 
El camino al infierno comienza con la promesa de algo agradable. En verdad, la enseñanza espiritual y teosófica es la misma a lo largo de los milenios. Ella apunta a la lealtad, la moralidad y la sinceridad. Está presente no solo en el yoga, sino en las principales tradiciones filosóficas y religiosas alrededor del mundo.
 
La familia es la base de todo país y cualquier civilización, dice la sabiduría esotérica.
 
La relación entre el hombre y la mujer – fuente de los demás lazos familiares – es sagrada en todos los pueblos. Merece el debido respeto. Veamos entonces dónde, exactamente, comienza el veneno mortal de la infidelidad y del adulterio, que destruye las estructuras de la emoción y deshace la capacidad humana de ser feliz.
 
En el Nuevo Testamento, Jesús esclarece que el adulterio empieza en el pensamiento. Véase Mateo, 5:27-28.
 
En el ámbito teosófico, es natural que preguntemos:
 
“¿Qué aspecto tiene el aura de un ser humano adúltero cuando un maestro de sabiduría la observa?”.
 
La respuesta no deja lugar a dudas. Un Mahatma escribió a un discípulo en probación:
 
“Recuerda también lo siguiente. Los adúlteros destilan un aura venenosa que inflama toda mala pasión y exacerba su propia lujuria”. [1]
 
Para las personas bienintencionadas, que son muchas, ¿cuál es la buena noticia? La buena noticia es que nadie necesita dejarse llevar por el festival de tonterías y bestialidades que asola, actualmente, al desorientado mundo occidental.
 
El materialismo, la adoración del placer inmediato y el culto al dinero producen un infierno de sufrimientos. Por otro lado, el camino humilde de la lealtad y de la sabiduría conduce a la bienaventuranza. La sinceridad produce la elevación del alma.
 
San Antonio de Lisboa y Padua escribió, comentando un fragmento de la Biblia que se refiere a los falsos profetas:
 
“Los falsos profetas son los afectos carnales. Para seducir el alma, presentan la fragilidad y la enfermedad de la naturaleza, muestran la abundancia de cosas, anuncian la paz, predican que es grande la misericordia de Dios”. [2]
 
El camino de la flojedad moral invierte, distorsiona y aniquila el funcionamiento normal de Kundalini, el eje de energía vital sutil que fluye a lo largo de la columna vertebral. Según la filosofía esotérica, la Kundalini de cada individuo tiene una relación directa con el eje de nuestro planeta. La vida debe ser tranquila en los niveles inferiores, para expandirse en los niveles superiores.
 
San Antonio escribió:
 
“… El justo debe juntar una gran multitud de buenos pensamientos y cerrar las fuentes de los pensamientos inicuos y perversos”. [3]
 
Este es un primer paso, pero no basta. Los pensamientos correctos generan buenas acciones. El sabio, dice Antonio, es capaz de hablar varias lenguas sin usar palabras:
 
“Las varias lenguas son los varios testimonios de Cristo [es decir, del alma espiritual], tales como la humildad, la pobreza, la paciencia y la obediencia. (…) Cuando hablan las obras, el lenguaje está vivo. Que cesen, por favor, las palabras. Que hablen las obras. (…) Dice san Gregorio que al predicador se le dio la ley de hacer aquello que predica. En vano se jacta del conocimiento de la ley quien destruye con las obras la doctrina”. [4]
 
La teosofía moderna refuerza y amplía este punto de vista.
 
En sus cartas, los Maestros de Sabiduría esclarecen que el autorrespeto y el autocontrol llevan al conocimiento divino. Estos factores, entre otros, preparan la bienaventuranza. La vida simple no es solo el ideal del teósofo auténtico. Es también su deber, su escudo, y la defensa de su alma.
 
NOTAS:
 
[1] “Cartas dos Mestres de Sabedoria”, Ed. Teosófica, Brasilia, 1996, 295 pp., Segunda Serie, Carta 78, ver p. 261.
 
[2] “Obras Completas”, San Antonio de Lisboa, Ed. Lello & Irmão, Porto, Portugal, edición de 1987 en dos volúmenes. Véase el volumen I, p. 738.
 
[3] “Obras Completas”, San Antonio de Lisboa, Ed. Lello & Irmão, Porto, Portugal, edición de 1987 en dos volúmenes. Véase el volumen I, p. 508.
 
[4] “Obras Completas”, San Antonio de Lisboa, Ed. Lello & Irmão, Porto, Portugal, edición de 1987 en dos volúmenes. Véase el volumen I, p. 509.
 
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El artículo anterior es una traducción del portugués y la tarea ha sido hecha por Alex Rambla Beltrán, con apoyo de nuestro equipo editorial, del cual forma parte el autor. Texto original: “O Poder da Alma Leal”.
 
El Poder del Alma Leal” está publicado en los sitios web asociados desde el 30 de abril de 2022.
 
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