Haciendo lo Que Depende de Nosotros
 
 
Carlos Cardoso Aveline
 
 
 
 
 
Sé una lámpara para ti mismo”, dice la tradición oriental; “ilumínate a ti mismo”.
 
La luz espiritual debe buscarse dentro del alma humana. Una vez encontrada, la separación entre lo interno y lo externo se desvanece y la unidad de todas las cosas es percibida.
 
El despertar depende de la relación de uno con las enseñanzas. ¿Es efectiva y práctica la interacción con la fuente del conocimiento? ¿Cómo se expresa en la vida diaria? ¿Qué tan altruista es la motivación de uno?
 
Ser una lámpara depende de nuestra actitud hacia nosotros mismos. El peregrino debe ser un instructor para su yo inferior y “animal”, y, al mismo tiempo, un humilde estudiante de la voz de su conciencia.
 
Vivir la luz significa tener una confianza en el futuro basada en el conocimiento directo.
 
A Menudo, el Cambio Externo Es Ilusorio
 
Por otro lado, la ausencia de una noción clara de la ley de causa y efecto provoca decadencia moral y falsedad generalizada.
 
Cuando los ciudadanos prestan más atención a sus derechos que a sus deberes – a los beneficios que pueden obtener, más que a la ayuda que pueden prestar -, se establece un déficit kármico debido al exceso de narcisismo y actitudes infantiles.
 
Es inútil disfrazar la estrechez de miras de uno.
 
Tanto en las naciones como en las asociaciones teosóficas, el egoísmo domina el proceso social mientras las personas tratan de obtener lo que no merecen, o se esfuerzan en cosechar cosas que no sembraron.
 
Como resultado, la codicia y la ira producen una ola completamente nueva de destrucción cuyo origen se halla en el interior de las almas.
 
Lo correcto es dedicar la vida a cosas que uno ve como verdaderas, moralmente buenas y éticamente bellas.
 
Inspirado por lo mejor de la sabiduría antigua, el pensador alemán Samuel Pufendorf (1632-1694) escribió obras notables sobre el deber de los seres humanos y la ley natural. [1] Sin embargo, desde finales del siglo XVIII, la agenda de los movimientos sociales ha adoptado la triste ilusión según la cual la armonía y la virtud prevalecerán tras la mera destrucción de lo que percibimos como errores ajenos, y la justicia reinará si simplemente se elimina a quienes consideramos individuos injustos.
 
Tal doctrina “políticamente progresista” ignora la ley del karma. Supone que todo lo que necesitamos para resolver los problemas humanos es robar las posesiones de los ricos para dárselas a los pobres. Niega tanto la necesidad de una transformación interna en la mente como la existencia del alma.
 
El resultado es que hemos tenido – junto con el progreso materialista – varias revoluciones fallidas, innumerables revueltas, un sinfín de ejemplos de crueldad promovida en nombre de bellos ideales, y una serie inacabada de desastres y calamidades sociales llevados a cabo, a menudo, con buenas intenciones. Sin embargo, el egoísmo colectivo, incluso si se disfraza o es subconsciente, no puede construir nada.
 
Por otro lado, cuando una comunidad obtiene sentido común y discernimiento, su vida se organiza en torno al principio básico de que hay que sembrar el bien para cosecharlo. Entonces, las personas se dan cuenta de que el primer paso para mejorar la vida social es adoptar una actitud constructiva, y de que los derechos humanos no pueden ser respetados si las personas no cumplen sus deberes primero.
 
Uno debe actuar, en cada situación, con justicia hacia todos los seres. Una vez que el buen karma madure, se verán los buenos resultados.
 
La inteligencia pura dice que necesitamos construir relaciones sociales y económicas correctas antes de que haya un progreso real en el plano visible. La ira produce ira; la ayuda mutua produce ayuda mutua. La sinceridad nos permite corregir errores, y el altruismo allana el camino para mejorar la vida. [2]
 
Abandonando las Excusas Para No Mejorar
 
Por tanto, conviene mejorar nuestra visión de la realidad, en lugar de luchar ferozmente contra los sistemas de pensamiento que difieren del nuestro.
 
Denunciar intensamente a quienes piensan diferente indica que estamos dejando de lado la tarea que nadie puede hacer por nosotros: la autorreforma.
 
La crítica honesta y el diálogo sincero son muy útiles. Su ausencia da lugar a la hipocresía. Sin embargo, promover ataques destructivos es peor que inútil. A menudo, criticar a los demás es una excusa para no mejorar.
 
Veamos un ejemplo. No es buena idea que los jefes de Estado occidentales expandan las tensiones interculturales con Rusia o China, o estimulen el odio a Israel. El respeto entre las naciones es un principio básico de sentido común. La sociedad occidental debe dejar de lado la hipocresía y corregir sus errores, con el fin de que su ejemplo práctico en lo que respecta a la ética (una vez que empiece ocurrir) pueda alcanzar otras regiones del mundo. Como parte del proceso de automejora, la falta de ética de las religiones dogmáticas que promueven la corrupción, el antisemitismo, el crimen y la violencia contra ciudadanos inocentes debe ser desenmascarada y mostrada como despreciable, tanto en los países occidentales como en otros lugares.
 
Las naciones “dominantes” de Occidente tienen muchas lecciones que aprender de la sabiduría de la India, de las filosofías de Rusia y China, de la tradición de sabiduría judaica y de la riqueza cultural de otras comunidades en todo el mundo. Las naciones ricas también tienen algo que enseñar. Independientemente del país o la comunidad a la que pertenezcamos, si queremos mejorar la vida en el planeta, uno de los pasos que hemos de tomar consiste en identificar y desenmascarar los sistemas organizados de falsedad y mala voluntad, comenzando con los nuestros.
 
NOTAS:
 
[1] Véase, por ejemplo, “On the Duty of Man and Citizen According to Natural Law”, Samuel Pufendorf, Cambridge University Press, UK, 1991, 183 páginas.
 
[2] Haz clic para leer el artículo (en inglés) Vinoba and the Power of Good Will”.
 
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El artículo “El Arte de Convertirse en una Lámpara” es una traducción del inglés y la tarea ha sido hecha por Alex Rambla Beltrán, con apoyo de nuestro equipo editorial, del cual forma parte el autor. Texto original: “The Art of Becoming a Lamp”. El artículo en inglés está publicado también en el blog teosófico de “The Times of Israel”. La publicación en español ocurrió el 02 de mayo de 2023.
 
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