El Peregrino Sensato Busca la
Aprobación de su Propia Conciencia
 
 
Carlos Cardoso Aveline
 
 
 
 
 
Acuario, el decimoprimer signo del zodíaco, comienza en torno al 22 de enero y vive el punto culminante del individualismo innovador. La independencia personal es una prioridad.
 
Puede haber incluso una voluntad interior exagerada de ser o parecer original. Al mismo tiempo, el acuariano es altruista – a su propia manera – y prioriza la vida en grupo.
 
Acuario es, en cierto modo, el signo de la fraternidad planetaria en el plano de la mente. No se siente cómodo con las emociones intensas. Acuario pertenece al elemento aire y para él es inevitable guardar una cierta distancia. Tiende a vivir una amistad serena con todos. Expresa una buena voluntad sutil, que preserva y hasta celebra la diversidad y el espacio propio de cada uno.
 
No es por casualidad que la casa once de los mapas astrales – asociada a Acuario – es la casa de los amigos, la acción en grupo y la ayuda mutua. Su planeta regente es Urano, y el corregente, Saturno.
 
Aparentemente flexible, Acuario posee una fuerte persistencia. Sin embargo, es frecuentemente imprevisible. Siendo un signo fijo, tiene la suficiente firmeza interior como para mostrar una cierta afinidad con los testarudos. Pero no es agresivo en su visión de las cosas, porque prefiere evitar apegos. Es racional. Ocasionalmente cambia sus puntos de vista. Por otro lado, es mejor no esperar una devoción profunda de su parte. Aun cuando se muestra comprometido, su dedicación personal a algo es más debida al raciocinio lógico que al calor incondicional del sentimiento de amor por lo sagrado.
 
Este territorio del zodíaco es demasiado mental para ser llevado por las emociones. Naturalmente, cada ser humano tiene a Acuario en algún sector de su mapa natal astrológico. Todos somos un poco acuarianos cada vez que el Sol está en este signo, entre enero y febrero, o cuando la Luna pasa por él una vez al mes. Todos tenemos cada uno de los signos en nuestra alma.
 
Acuario es un visionario, frecuentemente enfocado en un ideal futurista. Para él es importante desempeñar el papel del innovador y del “diferente” en los grupos sociales a los que pertenece. En la primera mitad del siglo XXI, se vive un cierto amanecer de la era de Acuario. En estas condiciones, en una sociedad materialista, casi todos quieren ser diferentes unos de otros. Esto transforma la búsqueda exagerada de “originalidad personal” en algo previsible, uniforme, un proceso desafortunado de imitación mal disfrazada y mera moda. Cuando todos tratan de parecer originales, nadie es original.
 
Más importante que romper la rutina externa es ser auténtico. La energía acuariana merece que la capacidad de innovar sea buscada mediante el contacto con el alma espiritual, y no a través de la voluntad infantil de ser superficialmente “distinto a los demás”. Buscar la verdad es mejor que solo tratar de “conocer las novedades”.
 
Cuando el alma del individuo es experimentada, el aparente individualismo de Acuario es vivido de modo sincero y fraternal, como todo lo que viene de los niveles superiores de consciencia. La innovación es entonces profunda y vinculada al espíritu y a la esencia de las cosas. Por otro lado, el alma infantil crea un yo social extravagante, porque su objetivo es llamar la atención de los demás.
 
En el patrón acuariano superior, el alma del peregrino prepara el salto oceánico del espíritu en Piscis, el signo siguiente, el último del zodíaco, donde tienen lugar el autoolvido y una cierta plenitud del alma. Acuario trata de vivir anticipadamente esta unión con el Todo, en un plano mental.
 
En el patrón infantil de la consciencia, sin embargo, el alma acuariana construye una fantasía para obtener aplausos y captar la atención a corto plazo. Entonces el raciocinio es demasiado frío y, en lugar de aliarse con las emociones, teme intensamente al sentimiento sincero; o, a veces, tiene un desprecio secreto por él.
 
Cuando actúa en un plano elevado, Acuario da importancia a la vida social como medio de ser útil a todos, porque sabe que lo que se siembra se cosecha. El acuariano de alma inmadura, sin embargo, ve la vida social como un campeonato en que se disputa la posición del artista más aplaudido, y se toma muy en serio la construcción de su “papel de innovador”. En el fondo está usando el aplauso de los demás como sustituto de la aprobación de su propia consciencia, de la cual no está seguro. Este mecanismo psicológico también está presente en otros signos.
 
El acuariano sensato no busca el aplauso del público externo, sino que quiere obtener la aprobación de su propia consciencia. Él sabe que la inteligencia espiritual en sí misma es un rayo de luz de las inteligencias divinas del universo. Para vivir la luz de la razón pura, él se desvincula de las rutinas ciegas y del automatismo de las creencias colectivas.
 
Benéfico por naturaleza, el signo de Acuario combina comprensión e intuición para formar la decimoprimera casa del viaje anual del Sol. La era de Acuario que ahora comienza es la era del descubrimiento de la luz eterna y de la vida infinita, de las cuales cada ser humano constituye un centro.
 
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El artículo “La Lección del Sol en Acuario” es una traducción del portugués. La tarea ha sido hecha por Alex Rambla Beltrán, con apoyo de nuestro equipo editorial, del cual forma parte el autor. Texto original: “A Lição do Sol em Aquário”. La publicación en español ocurrió el 09 de febrero de 2022.
 
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