Qué Dice la Logia Independiente
Cuando Alguien Desea Asociarse
 
 
Carlos Cardoso Aveline
 
 
 
 
 
Constituye un privilegio del movimiento
teosófico auténtico ayudar a quien sufre y llevar
a todos la cura de la amplitud de horizontes
 
 
 
Una cierta decepción aguarda a los que se aproximan a la Logia Independiente de Teósofos esperando encontrar un paquete preparado de textos para memorizar y un método rígido de estudio, supuestamente válido para todos.
 
Muchos buscan garantías externas, pero la teosofía original no es un proceso enlatado. El aprendizaje tiene lugar en el alma, de dentro hacia fuera y no de fuera hacia dentro. Es necesario tratar de merecer. La bendición se materializa como el rocío.
 
La Logia Independiente sabe que cada peregrino precisa construir su modo de caminar, en comunión con otros peregrinos. Es peor que inútil verter un contenido predeterminado en la memoria de las personas, en una secuencia mecánicamente preestablecida. No hay una fórmula mágica a seguir. La voluntad propia y el discernimiento individual son insustituibles.
 
Lo que la Logia hace, con humildad, es compartir elementos útiles para que cada uno construya conocimiento a partir de su propia vida, tal como enseñan la teosofía clásica y la pedagogía de Paulo Freire. [1]
 
Habiendo paz-ciencia, nace poco a poco un método propio de estudio. Los pequeños pasos diarios marcan la diferencia. En teosofía verdadera, la única garantía es dada por la voz de la consciencia de cada uno. Hay que reexaminarse periódicamente a uno mismo, revisando la trayectoria de vida y los esfuerzos realizados. Ninguna creencia ciega sustituye la búsqueda viva de la felicidad interior, de la plenitud espiritual y de la ampliación constante de horizontes. A ese esfuerzo dinámico se le puede llamar “experiencia iniciática”. Y, como se sabe, todo lo que es iniciático implica pérdidas y renuncias.
 
Incluso en el ámbito más esotérico del movimiento teosófico, lo que se hace – cuando se trata de una propuesta auténtica – es compartir planteamientos generales para que sea construido un esquema individual de autodisciplina, autoobservación y autoconstrucción. Los detalles de este mapa de referencia deben ser decididos por el estudiante a partir de su propia realidad.
 
El peregrino bien informado tiene en cuenta sus limitaciones. Él adopta actitudes realistas ante las dificultades kármicas que lo rodean. El progreso del yo inferior será tal vez invisible a corto plazo, pero puede ser percibido a lo largo de períodos de cinco, diez, quince años, veinte años  y así sucesivamente. Vale la pena tener en cuenta los ciclos de Saturno, iniciáticos por excelencia.
 
El progreso mayor está en transferir el foco de nuestra vida desde las cosas personales hacia aquel territorio en que tiene lugar la satisfacción de descubrir la verdad en sí, independientemente de su “repercusión social”. No importa saber si el hecho es agradable o desagradable a corto plazo.
 
Comprenderse silenciosamente a uno mismo y al mundo es la aventura más grande que alguien puede vivir, porque es una aventura de varias reencarnaciones. Evaluando el crecimiento interior obtenido a lo largo de años y décadas, el individuo empieza a percibir el carácter multi-encarnacional del viaje.
 
El peregrino comprende entonces por qué, para una determinada encarnación, el período de la infancia es central e importante – tal como destaca el psicoanálisis freudiano.
 
La infancia constituye una reconstitución subconsciente y esencial de reencarnaciones anteriores, según está demostrado en las Cartas de los Mahatmas. No es por motivos fortuitos que nuestra infancia nos marca para toda la vida, sino que esto se debe al rescate que ocurre – al comenzar cada encarnación – de las experiencias de encarnaciones previas, que son actualizadas y colocadas en un nuevo “código de lectura”.
 
El estudiante tiene que enfrentar los desafíos heredados, y desarrollar sobre todo los potenciales luminosos, igualmente heredados. El maestro es el yo superior. Él habla en el centro de la consciencia del niño, en el centro de la consciencia del joven, del ciudadano maduro y del ciudadano de edad avanzada. El dharma del estudiante, su potencial sagrado, es clarificar esta voz sin palabras y oír mejor su enseñanza silenciosa.
 
La sintonía con lo que es superior disuelve los engranajes de la ignorancia en el proceso concreto de la consciencia. Es una autodemolición que produce alivio. Y cada vez que la sintonía armoniosa se deshace, entran en funcionamiento los engranajes más pesados de la consciencia, que producen ruido mental, emocional y hasta físico. En este proceso dual y alternado la persona opta gradualmente por una vida más silenciosa, con menos vínculos personales y menos conflictos. Aumenta su necesidad de oír la música inaudible del silencio más amplio, al cual no intentaré dar un nombre.
 
El proceso de aprendizaje es una caminata hacia el territorio de la bendición. Para alcanzar esa meta tenemos tantas vidas como necesitemos, pero tampoco hace falta perder el tiempo, y cada minuto contiene la eternidad.
 
Las raíces directas del trabajo de la Logia Independiente se remontan a los siglos diecinueve y veinte, aunque sus fuentes de inspiración son eternas. La Logia actúa conscientemente en el período histórico que va de 1875 a 2075. A cada año que pasa, hay un nuevo nivel de experiencia acumulada. La vida de sus integrantes se renueva interior y exteriormente en proporción al altruismo puesto en el trabajo.
 
El Proceso del Despertar
 
La acción coherente con los niveles superiores de consciencia provoca el despertar del alma espiritual.
 
En la filosofía teosófica, aprender es sobre todo una cuestión de calidad, y no de cantidad. El peregrino debe aprender por mérito propio; y debe aprender trabajando. Cabe abandonar desde el inicio la fantasía según la cual “conocer palabras bonitas es lo mismo que tener conocimiento”.
 
Es bueno leer y estudiar. [2] Al mismo tiempo, el estudiante debe poner en práctica su aprendizaje verbal a través de la participación activa en un proyecto altruista inspirado por la enseñanza teosófica auténtica. Es de este modo como se combina la consciencia celestial con la consciencia terrestre. La sabiduría no está en el cielo: está en el equilibrio correcto entre la Tierra y el cielo.
 
Las Felicitaciones Por El Progreso
 
Cuando un lector de los textos de la Logia Independiente decide formar parte del movimiento teosófico, aproximándose a aquellos que tratan de vivenciar la sabiduría divina, él entra en contacto con los asociados activos e informa que tiene la intención de participar en el trabajo.
 
La respuesta de la Logia puede variar mucho, según el mensaje inicial del interesado y las circunstancias en que este es escrito. Sin embargo, algunos puntos son constantes y centrales en lo que se responde.
 
En primer lugar, aquel que decide sumarse al movimiento teosófico merece felicitaciones por el paso dado en el sentido de la ampliación de horizontes. Las puertas del movimiento están abiertas: será muy bienvenido.
 
Al tomar la decisión, el estudiante de filosofía esotérica casi siempre ya leyó algunos textos sobre la Logia, y posee una comprensión inicial de la visión del mundo que tiene la LIT. [3]
 
Conocer la propuesta permite cooperar. En el movimiento, todos aprenden, y todos enseñan. El grado de enseñanza y aprendizaje varía libremente en función de las aptitudes de cada uno.
 
El movimiento trasciende el plano físico, y una ley rigurosa define el portal invisible que lleva a su territorio sutil.
 
Los futuros miembros del proyecto teosófico son más beneficiados cuando llegan a él preguntándose interiormente cómo pueden ayudar, y menos beneficiados cuando se aproximan preguntándose cómo pueden recibir ayuda.
 
El motivo de ello es que la teosofía solo existe como un proceso vivo en el plano del altruismo. La relación activa del teósofo con las enseñanzas de la filosofía esotérica dará buenos frutos en proporción a la fuerza de la generosidad presente en la motivación y en la intención de cada uno.
 
Esa regla, declarada por Helena Blavatsky y por los sabios inmortales que inspiran al proyecto teosófico, vale tanto para quien llega al movimiento ahora como para quien está activo en él desde hace cuarenta o cincuenta años.
 
No obstante, es perfectamente válido llegar al movimiento en busca de ayuda. Constituye un privilegio del movimiento teosófico auténtico ayudar a quien sufre y llevar a todos la cura de la amplitud de horizontes. En muchos casos, los teósofos llegan al movimiento durante alguna forma de crisis en sus vidas. Este es con frecuencia el primer paso.
 
Pero a partir del momento en que el estudiante reconoce la presencia curativa y bendecidora de la teosofía en su alma, un nuevo paso se vuelve posible. Tal vez él quiera avanzar hacia un nivel más elevado de relación con la sabiduría eterna, asociándose al movimiento de los que viven el desafío práctico del altruismo.
 
La tarea principal es, entonces, crear una manera durable de sumarse al trabajo de la LIT. De este modo el peregrino podrá ganar experiencia, aumentar su magnetismo, adquirir el karma positivo de un teósofo activo y ver ante sí un horizonte que se expande cada vez más.
 
Vale la pena recapitular.
 
Los Tres Niveles
 
La aproximación al proyecto teosófico se desdobla en tres niveles sucesivos.
 
1) En la primera fase, predomina el estudio preliminar.
 
En esta etapa el estudiante es beneficiado sin tratar de beneficiar a la Logia. Él cura sus heridas; renace por dentro; trasciende el sufrimiento; comprende las causas del dolor y empieza a eliminarlas; cambia poco a poco su visión de la vida. No hay ninguna prisa en retribuir el beneficio interior recibido en esta fase. No es necesario – en esta etapa – que el aprendiz piense en ayudar a los que le ayudan a despertar y a superar su sufrimiento. Los que ponen la enseñanza a su disposición trabajan de modo altruista: la felicidad de ellos está en ayudar. Esta primera etapa es fundamental, y puede ser una fase completa en sí misma, lo cual no es un problema. Los que no van más allá de ella tendrán nuevas oportunidades en vidas futuras, o en etapas posteriores de la encarnación actual. Desde ya ellos curan a la humanidad al curarse a sí mismos. Merecen ser felicitados por ello. Es normal que esta etapa dure siete años, o más. Es correcto que dure incluso la vida entera.
 
2) En el segundo nivel, junto al estudio teosófico surge la colaboración práctica.
 
Aquí el peregrino descubre poco a poco la felicidad de ayudar a los demás y participar de un proyecto fraterno. Él percibe el contentamiento y también el poder curativo de la acción altruista. Constata que al ayudar es ayudado. Al hacer el bien, es beneficiado diez veces más, en un plano interior e invisible. Al mismo tiempo, empieza a contrariar y desafiar a la ignorancia espiritual organizada a su alrededor.
 
Habiendo hecho estudios preliminares sobre el trabajo de la LIT, el futuro “operario” del movimiento puede preguntarse: “¿Qué formas de cooperación me parecen aplicables, en mi caso? ¿Qué puedo hacer, teniendo en cuenta mis posibilidades específicas?”
 
3) Para culminar la aproximación, el estudiante decide dar un apoyo consistente al esfuerzo común, sumándose también a la investigación y al estudio avanzados como un asociado activo de la Logia Independiente.
 
El tercer nivel se desdoblará en varias posibilidades internas y externas, obedeciéndose el criterio de autonomía del estudiante. Cada cosa a su tiempo. Nada debe ser acelerado artificialmente.
 
El Horizonte Más Claro
 
Cuando el estudiante decide que desea asociarse formalmente a la Logia, llegó el momento de la cooperación estable.
 
Hay que crear el buen karma necesario para avanzar. La siembra antecede a la cosecha. [4] Ser un pionero puede ser difícil, porque no existe un camino preparado en teosofía original.
 
Perseverando, el estudiante verá que se abren las puertas del proceso creador. Las bendiciones fluyen de modo casi imperceptible.
 
Al avanzar, el pasado adquiere nuevos significados, más brillantes. Ningún intento deja de producir resultados positivos. Cada paso en la dirección correcta debe ser bien pensado y tomado con firmeza. A medida que el horizonte se vuelve más amplio, se vuelve también más claro.
 
NOTAS:
 
[1] Véase, por ejemplo, el artículo “Aprendendo a Aprender”, en portugués.
 
[2] Es bueno leer y estudiar – siempre y cuando no haya ninguna cantidad importante de orgullo, vanidad o búsqueda de poder personal, porque estos tres factores impiden y destruyen todo progreso real. La teosofía solo puede ser comprendida verdaderamente en el territorio de la humildad sincera.
 
[3] Examínese, por ejemplo, el artículo “El Perfil de la Logia Independiente”.
 
[4] En la primera y segunda etapas de aproximación, el estudiante está con frecuencia reencontrando y recordando lecciones aprendidas en vidas anteriores. Un síntoma de ello es la sensación de profunda afinidad con la enseñanza. En la tercera fase, el camino se torna más difícil porque el aprendiz deja de cosechar lo que plantó en vidas anteriores y pasa a plantar conocimiento nuevo en su vida. Véase también el artículo “Los Tres Tipos de Asociados”, y los textos “Quatro Etapas Quase Simultâneas” y  “Quatro Ideias Para Um Poder Solidário”, en portugués.
 
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El estudiante que siente que llegó el momento de colaborar activamente con el movimiento teosófico puede escribir un correo electrónico a esta dirección: indelodge@gmail.com.
 
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El artículo “Mensaje a los Nuevos Teósofos” es una traducción del portugués y ha sido hecha por Alex Rambla Beltrán, con apoyo de nuestro equipo editorial, del cual forma parte el autor. Título original y link: “Mensagem aos Novos Teosofistas”. La publicación en español ocurrió el 06 de julio de 2019.
 
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