Un Camino Para Construir la Fraternidad
 
 
Carlos Cardoso Aveline
 
 
 
 
 
¿Cuál es la posición de la filosofía esotérica ante la lucha de clases, las protestas sociales y el concepto de “liberación popular”?
 
La teosofía defiende la paz y propone el respeto a las leyes vigentes.
 
El teósofo busca trabajar a través de la cooperación y de la siembra de lo que es bueno, no a través de los rencores y la indignación.
 
El objetivo básico del movimiento teosófico es la fraternidad universal. No ve la ira como una herramienta política legítima.
 
La elección entre hostilidad y respeto es decisiva para saber qué tipo de karma se planta. La abstención de acciones agresivas y la opción de actuar constructivamente son especialmente necesarias cuando se erosionan los lazos de solidaridad básica entre las personas y entre los sectores sociales y se abren espacios para la mala voluntad recíproca.
 
Debe evitarse la dinámica del sadomasoquismo, en la que la satisfacción perversa de ver el sufrimiento de los demás es una compensación malsana por el sufrimiento propio. La autoestima hace respetar a los demás. El desacuerdo es natural. Hacer ataques personales es el sello distintivo de aquellos que no piensan en el bien común. Hay que rescatar  incondicionalmente el diálogo sincero, la ayuda mutua y la capacidad de escuchar a los demás.
 
En una civilización que vive un nivel constante o creciente de ética y solidaridad, las protestas sociales pueden quizá ser útiles, en parte, si no ponen en riesgo los servicios y funciones esenciales de la comunidad.
 
Pero cuando los niveles de confianza mutua entre los sectores sociales están disminuyendo, las protestas y los boicots no contribuyen a construir justicia, fraternidad o bienestar.
 
Tao Te King, Confucio y la Rabia
 
Está muy claro lo que el “Tao Te King” enseña sobre temas sociales y la postura del estudiante de la sabiduría universal ante ellos. Hacer demandas es un mal hábito. El desapego fraternal trae armonía.
 
Confucio enseña sobre el poder de la cortesía y los buenos modales. La práctica política del insulto es impensable. Las antiguas sabidurías chinas están más vivas que nunca en el siglo XXI y han estado ayudando y beneficiando a la desorientada sociedad occidental. Las enseñanzas del nuevo testamento cristiano son claras y no recomiendan la búsqueda de conflictos. Enseñan, en cambio, la humilde ayuda mutua.
 
En relación a la acción social no violenta, será útil comparar las estrategias seguidas por Vinoba Bhave y Mohandas Gandhi. El “Mahatma” Gandhi, profundamente honesto, reconoció que la ayuda mutua y la compasión son mejores que las protestas y los actos conflictivos. [1]
 
La evolución social de los pueblos no se hace por casualidad. No es algo que sigue de aquí para allá según el viento. La historia humana obedece la ley del Karma y sigue la alternancia dinámica de los ciclos. Lo que siembras, cosechas. Cuando todos corren detrás del placer egoísta a corto plazo, las consecuencias son severas. Cada vez que la libertad da paso al desorden y a las acciones destructivas, siguen efectos que raramente son agradables.
 
La Ingenuidad Fatal de los Disturbios
 
Entre las primeras víctimas de toda guerra social están la sinceridad, el equilibrio y el sentido común. En otras palabras, el conflicto exagerado produce hipocresía y apunta a la violencia.
 
Cuando la ignorancia espiritual se propaga, es común ver a víctimas de la pereza mental estimulando rebeliones, tratando de provocar odio y pensando que vale la pena promover disturbios. Quien piensa por sí mismo, sin embargo, se refiere a la historia y se da cuenta de que esta idea es una de las ilusiones más alucinantes que cualquiera puede tener.
 
Es cierto que algunos esoteristas sinceros y poco experimentados consideran la idea de “lucha por la supervivencia” como correcta, lo que en términos sociológicos equivale a apoyar a la lucha de clases. Les conviene hacer un esfuerzo para abrir los ojos. Siempre que se abandona el principio de la moderación respetuosa, hay precios kármicos que pagar. Y las penurias crecerán hasta que la moderación sea rescatada y adoptada de nuevo.
 
El principio universal que enseña al buscador de la sabiduría a abstenerse de acciones sociales vengativas está presente en las Cartas de los Mahatmas.
 
Helena Blavatsky denuncia las protestas y revoluciones como lamentables trampas kármicas. Apunta a los libros de Dostoievski como una fuente de aclaración sobre cómo realmente se hace la reforma social con eficiencia. La mejora de la sociedad debe ocurrir como resultado del sentimiento de compasión, no como resultado de la rabia, de la cólera o de la lucha destructiva. [2]
 
La idea de Blavatsky es la misma que la del líder indio Vinoba Bhave, cuyo pensamiento sobre el cambio social es tomado en cuenta por la Logia Independiente de Teósofos. Mahatma Gandhi nunca se desvió mucho de esta prioridad, y cuando se alejó – buscando forzar un cambio social – fue infeliz.
 
Durante la primera mitad del siglo XXI, el principio de optar por actos constructivos y por el respeto a la ley adquiere especial importancia porque la reducción de la solidaridad social básica hace desastrosos los efectos del exceso de protestas y de pensamiento negativo.
 
Merecen apoyo, sin embargo, las movilizaciones sociales que apuntan al cumplimiento de la ley vigente y de este modo producen un fortalecimiento del estado como un instrumento ético que debe organizar de una manera justa y pacífica el Karma evolutivo de una nación.
 
El orden posibilita el progreso.
 
El cumplimiento de la ley crea optimismo y la paz allana el camino para la reflexión lúcida. La buena voluntad produce confianza.
 
Los conflictos militares deben evitarse siempre que sea posible, y la acción responsable de los diferentes sectores sociales ayuda a reducir el veneno de la hostilidad.
 
Los Maestros y la “Lucha por la Vida”
 
El espíritu de las artes marciales no recomienda el uso de la rebelión y la no cooperación como instrumentos. Al contrario. Tenemos en nuestros sitios web asociados varios artículos sobre el espíritu esencial de las artes marciales, cuya propuesta es priorizar la paz y estar preparados para su opuesto. [3]
 
Aunque la guerra pueda ser necesaria, la rebelión social no es el lenguaje de los Maestros de la Sabiduría, y siempre ha sido rechazada por los fundadores del movimiento Teosófico moderno.
 
En sus cartas, los maestros denuncian como ilusoria la “lucha por la vida”, ya sea de un individuo contra otro, ya sea de un sector social contra otro.
 
En la “Carta del Gran Maestro”, disponible en nuestros sitios web, podemos leer:
 
“Tal y como se encuentra el mundo ahora, ya sea cristiano, musulmán o pagano, la justicia es ignorada, mientras que el honor y la piedad son arrojados al viento. En una palabra, viendo que los principales objetivos [del Movimiento Teosófico] son malinterpretados por aquellos más interesados en ayudarnos en persona, ¿cómo trataremos con el resto de la humanidad, en medio de la maldición conocida como la ‘lucha por la vida’, que es la causa más real y  prolífica de la mayoría de los males y penas y de todos los crímenes?”
 
Y el Mahatma continúa:
 
“¿Por qué esta lucha tiene que convertirse en el esquema casi universal del universo? Nosotros respondemos: porque ninguna religión, con la excepción del budismo, ha enseñado hasta ahora un desapego práctico de esta vida mundana, mientras que cada una de ellas – siempre con esa única y solitaria excepción – a través de sus infiernos y maldiciones han inculcado el mayor temor en relación a la muerte. Es por eso que encontramos, de hecho, esta lucha por la vida que domina más violentamente en los países cristianos, especialmente en Europa y en América. Ella es más débil en las tierras paganas y prácticamente desconocida entre las poblaciones budistas. (En China, durante un período de hambre, donde las masas son más ignorantes de su propia religión o de cualquier otra, era notable que las madres que devoraban a sus hijos pertenecían a las localidades donde había la mayor cantidad de misioneros cristianos; donde no había ninguno de ellos y sólo los bonzos poseían la tierra, la población murió con la máxima indiferencia). Enseñen a la gente a ver que la vida en esta tierra, incluso la más feliz, es sólo una carga y una ilusión, que sólo nuestro propio karma, la causa que produce un efecto, es nuestro propio juez, – nuestro salvador en vidas futuras – y la gran lucha por la vida pronto perderá su intensidad. No hay cárceles en las tierras budistas, y el crimen es virtualmente desconocido entre los budistas en el Tíbet.” [4]
 
Así escribió un sabio oriental que inspira el movimiento Teosófico.
 
No hay manera de evitar la realidad de los hechos. Aunque construir es más difícil que protestar, la acción creativa y solidaria tiene un verdadero mérito kármico y no conduce a la violencia.
 
Incluso si la ley es imperfecta, nadie puede ponerse por encima de ella. El conocimiento filosófico clásico no apunta a las revoluciones, sino que propone ayuda mutua. No enseña rebelión, sino buena voluntad. Su prioridad no es “decir un ‘basta ya’ a la injusticia”, sino construir realmente la justicia y la hermandad.
 
En lugar de expresar indignación por esto o aquello, el estudiante de filosofía aprende a vivir y enseñar respeto por las leyes, la ética y la Constitución de su país. Valora la convivencia armoniosa en la sociedad y la lucidez individual y colectiva. Estos diferentes factores estimulan la paz y el diálogo, y allanan el camino para la satisfacción de todos.  
 
NOTAS:
 
[1] Vea en nuestros sitios web el artículo “Vinoba e a Vontade de Construir”. Lea también “A Sabedoria Prática de Gandhi”.
 
[2] Sobre Helena Blavatsky, Fiodor Dostoievsky y las reformas sociales, vea la nota editorial inicial y la nota numerada [1], en el cuento de Dostoievsky – disponible en nuestros sitios web asociados – “A Árvore de Natal de Cristo”.
 
 
[4] Haga clic para leer: “A Carta do Grande Mestre”.
 
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El artículo más arriba fue publicado el 13 de Junio de 2018. La traducción del portugués es de Juan Pedro Bercial. Título original: “A Teosofia e os Conflitos Sociais”.
 
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Sobre conflictos sociales, vea los artículos “Bom Senso Elimina o Sadomasoquismo” y “Marxismo Não Promove o Crime”.
 
En un plano más abstracto y contemplativo, lea “O Mistério da Construção”, de António Ramos Rosa.
 
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El 14 de setiembre de 2016, tras un análisis de la situación del movimiento esotérico internacional, un grupo de estudiantes decidió crear la Logia Independiente de Teósofos. Dos de las prioridades de la LIT son aprender lecciones prácticas del pasado y construir un futuro saludable.
 
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